Por Ecoescuela GSD Educación, Madrid.

Queremos compartir con vosotros uno de los proyectos más innovadores que hemos realizado este curso en el huerto del colegio Gredos San Diego: La charca de anfibios.

Todos los expertos están de acuerdo en que dentro del huerto hay que intentar crear un ecosistema lo más complejo y dinámico posible. Es habitual intercalar flores y aromáticas para fomentar que haya insectos, e incluso los más manitas suelen construir un hotel para insectos o casas para pájaros.

Este año hemos dado un paso más y hemos construido una charca para anfibios, donde actualmente tenemos renacuajos y ranas.

Durante el mes de enero los alumnos de primaria y secundaria han ido cavando un agujero en la tierra de aproximadamente 2 m. de largo por 2 m. de ancho y con una profundidad de 30 cm.

La charca de los anfibios

En febrero, hemos impermeabilizado con plástico el vaso de la charca y hemos construido un pequeño caballón perimetral con la tierra procedente del vaciado. Tras esto hemos procedido al llenado y comprobación de que no existían fugas.

 

En el mes de marzo hemos introducido la vegetación. En particular hemos plantados lirios y lentejas de agua. En ambos casos se trata de especies que tienen raíces flotantes que son oxigenadas por el agua. En nuestro caso no hemos contado con un motor eléctrico que hiciera circular el agua, por lo que ha sido imprescindible añadir agua no clorada semanalmente e incluir este tipo de vegetación.

 

Por último, en el mes de abril hemos comenzado a introducir ranas y renacuajos. Lo hemos hecho de forma paulatina para poder observar su adaptación.

En todo momento los trabajos se han hecho poco a poco con la colaboración de alumnos de primaria y secundaria, salvo la excavación del agujero, el resto de los trabajos no requieren de gran esfuerzo físico.

El resultado de esta iniciativa es impresionante. La charca supone un aporte extraordinario a la biodiversidad del huerto y a la vez un recurso educativo nuevo y de gran impacto visual.