El Rincón Utopía es el nombre del huerto educativo del CEIP Bilingüe Luis Cernuda, de Madrid. Su nombre evoca la relación armónica que el proyecto pretende, al integrar a toda la comunidad educativa del centro en torno al huerto. Pero también supone un desafío ante nuestras limitaciones de espacio, luz, presupuesto, etc.: el objetivo de nuestro huerto es aspirar a conseguir el máximo de aprendizaje y de contribución a una vida más sostenible en nuestro entorno, eminentemente urbano.
El Rincón Utopía es un huerto pequeñito, con mucha sombra y poco sol, en un colegio del distrito de Hortaleza de Madrid, donde el mayor colorido lo ponen sus alumnas y alumnos, y la multiculturalidad de la comunidad. Lo menos importante en nuestro huerto es la producción propia de frutas y verduras: nuestros 45 m² cultivables nos hacen darnos cuenta de que cada ensalada que nuestros niños y niñas recogen y degustan es un pequeño – y esperado- tesoro. Sabemos que no podríamos competir en un concurso de hortalizas, pero estas visitas semanales de cada aula al huerto son una parte fundamental del programa educativo de nuestro colegio: lo que realmente queremos cosechar es conocimiento y espíritu crítico, bases para que nuestro alumnado y sus familias persigan una transformación social hacia la sostenibilidad.
Cultivando nuevas ideas
Así pues, nos pusimos a “cultivar ideas” que fueran más allá de nuestras modestas capacidades agrícolas. Una de las primeras ideas que surgieron fue la recogida de residuos orgánicos de las familias y del propio centro para darles una nueva vida como compost. “Las vueltas que da la vida” es nuestra reflexión sobre la Economía Circular: el ciclo de la vida en un huerto no se acaba cuando se recogen los frutos, los residuos de nuestro consumo producen nueva vida. Es una dinámica en la que desde hace más de dos años están implicadas numerosas familias del centro y del barrio, el profesorado, y el personal del comedor: nuestra experiencia ha sido reconocida por el propio Ayuntamiento de Madrid como referente y potente herramienta educativa.
No obstante, este éxito de recogida nos planteó un nuevo reto: ¿qué hacer con todo el compost que sobraba tras alimentar nuestro huerto y las macetas de familias y vecinos? La solución pasaba por tejer redes: impulsamos el Grupo de compostaje comunitario de Hortaleza y la Asociación Coopera y Composta, y establecimos acuerdos con los huertos de la Asociación Unida de Productores Agroecológicos, AUPA, para que aprovecharan nuestro excedente de compost. Conseguíamos también apoyar un modelo productivo y económico más humano, cercano y ecológico.
En este punto, más o menos alcanzado a inicios del curso pasado 2016/2017, brotó una nueva idea: como comunidad educativa queríamos comer de forma más sana y responsable, pero nuestro huerto apenas daba para alguna que otra ensalada…, y decidimos crear un grupo de consumo con las familias y profesorado en colaboración con nuestras redes, consumiendo frutas y verduras de cercanía y temporada a través de AUPA. Queremos que, durante el curso que estamos iniciando, este tipo de consumo se extienda a nuestro comedor y desayunos escolares. Por supuesto, nuestro huerto es el lugar de recogida de las cestas…casi, casi como si lo hubiéramos producido allí.
La MOLA: consumo responsable y economía circular que brota del huerto
Nos dimos cuenta de que muchas de las familias que acudían a recoger su cesta aprovechaban el momento para dejar su basura en los cubos para el compostaje. Maduró por tanto la valorización positiva de nuestros residuos como insumo para los productores agroecológicos y como ahorro para los servicios públicos de recogida de basuras. Por ello, nos hemos implicado en el lanzamiento de una moneda social complementaria, la MOLA – Materia Orgánica LiberadA-, que se presentó el pasado 12 de septiembre en nuestro colegio. El valor de esta moneda está respaldado en el coste que supondría que estos residuos acabaran en un vertedero (0,25€/kg). A través de una aplicación móvil se reparten MOLAs entre aquellas personas que participan en un nodo de recogida de residuos, en base a los kilos de basura que aportan. El huerto del CEIP Luis Cernuda es uno de los dos nodos que actualmente están abiertos y reconocidos por las entidades promotoras del proyecto, entre las que está el Grupo de compostaje de Hortaleza. Las MOLAs se pueden gastar en los comercios que se están asociando al proyecto, con la idea de fomentar la compra de barrio, a productores locales o sociales, e incluso los intercambios de bienes de segunda mano entre particulares.
Nuestras niñas y niños son partícipes centrales de todo esto. Nuestros próximos mercadillos participativos contarán con la MOLA como protagonista y la repartiremos entre el alumnado para que aprendan a tomar decisiones de consumo responsable y a entender la economía circular. Los límites que nos impone la valla del colegio los han saltado los propios niños y niñas para integrar a la comunidad, al barrio, en el proyecto, plantando frutales y plantas aromáticas en diferentes terrenos baldíos alrededor del colegio. Esto genera confianza y hace que el colegio sea visto como un centro abierto a todo el vecindario, donde se puede participar. El pequeño Rincón Utopía ya ha invadido y transformado una parte de la convivencia, el paisaje, la alimentación, la salud, y la economía del centro educativo y del barrio. Y queremos que siga así: creciendo a la par con nuestros niños y niñas.