Alrededor del chocolate existe un dato que llama poderosamente la atención: el 73% del cacao se cosecha en países africanos, mientras que los habitantes de este continente solo consumen el 3% del producto ya procesado. Esta cifra es sólo una de las sorpresas que esconde un dulce amargo en origen, cuya materia prima se cultiva mayoritariamente en tierras bajas tropicales de África, América Central y del Sur y Asia-Oceanía.
¿Qué puede hacer el chocolate por nuestra salud?
Que el chocolate beneficia la salud de quienes lo disfrutan en dosis adecuadas es algo ya conocido. A su aportación energética se le unen sus efectos antioxidantes, la liberación de componentes que mejoran el estado de ánimo, la mejora de la circulación sanguínea y de la visión, la prevención de dolencias cardíacas y cerebro-vasculares… Y la satisfacción de contribuir al desarrollo del consumo responsable adquiriendo chocolate de comercio justo.
El sello de comercio justo certifica la calidad y el origen justo de los productos que lo exhiben, funciona en 70 países y de él se benefician más de 5 millones de familias. El chocolate, junto con el café, es uno de sus productos estrella. En España, Triodos Bank ha concedido financiación a varias organizaciones sociales que promueven, producen y comercializan productos de comercio justo.
¿Qué puede hacer el chocolate por la sociedad?
El 90% de las plantaciones de cacao son familiares y los cultivadores reciben precios de compra tan escasos que no les permiten superar, por mucho, el umbral de la pobreza. La situación es más grave en el caso de las mujeres, como indica este informe de Oxfam Intermón, y de los niños, por las duras condiciones de trabajo y de casi esclavitud infantil.
Diversas entidades y asociaciones ofrecen un futuro más esperanzador a los cultivadores a través de sus políticas de comercio justo o de sus programas de cooperación. Alternativa3 o IDEAS son solo dos ejemplos de ello, ambas con apoyo financiero de Triodos Bank. Copade también ha contado con financiación de Triodos Bank para llevar a cabo iniciativas alineadas con el objetivo de “atender a sectores en situación de riesgo y sin oportunidades de acceso a los mercados internacionales, por medio de la cooperación, las alianzas publico-privadas y el fomento del consumo responsable”, asegura Javier Fernández, su director.
Estas organizaciones creen en el poder del comercio justo como herramienta de erradicación de las causas de la pobreza en las comunidades más desfavorecidas. Además del pago de un precio digno, las prácticas de comercio justo garantizan unas relaciones comerciales transparentes y participativas, prefinanciación de cosechas a través de adelantos por cosechas futuras, apoyo técnico y organizativo… Una serie de ventajas para el cacaocultor que los consumidores favorecen de manera creciente: el 1% del total del cacao producido en el mundo es de comercio justo, y la cifra se incrementa día a día.
¿Qué puede hacer el chocolate por el medio ambiente?
En 2015 se cosecharán más de 4 millones de toneladas de cacao en todo el mundo, de las que 40.000 proceden de comercio justo. Este sello garantiza una serie de prácticas que permiten al cultivador tomar las riendas de su negocio, utilizar técnicas tradicionales de plantación, de control de enfermedades y plagas, diversificar cosechas para limitar riesgos… Son acciones que suponen una valiosa ayuda en la lucha contra el cambio climático en la que todos podemos aportar.
En España, el cacao certificado con el sello Fairtrade se encuentra en numerosos establecimientos y algunas grandes superficies. También existen chocolaterías como el taller artesano Gluki, en Olot (Girona) que utilizan cacao 100% ecológico para la elaboración de sus productos. Triodos Bank ha concedido financiación a esta iniciativa, que contribuye a la preservación del medio ambiente, conecta con el desarrollo de la agricultura ecológica y cuya actividad se apoya en proyectos con fuerte contenido social.
“La pasión que sentimos por el chocolate y la ecología son los pilares básicos de nuestra filosofía y determinan todas nuestras acciones”, comenta Sara Barcons, una de las responsables de Gluki.
La vertiente ecológica se comprende con el sello que da fe de su procedencia de agricultura ecológica y su sujeción a las inspecciones de organismos de certificación ecológica acreditados. El chocolate que produce Gluki, por ejemplo, proviene de materias primas en las que no se han utilizado químicos agrícolas como plaguicidas y fertilizantes, no incorpora conservantes, colorantes artificiales ni aditivos sintéticos y están libres de organismos modificados genéticamente.
Estás son algunas razones para pensar en el origen del cacao en el momento de comprar chocolate. Invitamos a los lectores a que nos cuenten cuáles son las suyas o, por supuesto, nos ofrezcan su opinión acerca de las que componen este artículo.